miércoles, enero 31, 2007

CHIQUIRRITIPIS: Invenciones.





No siempre los inventos dan los resultados deseados, pero hay que insistir.

martes, enero 30, 2007

RECORDANDO HISTORIETAS: Skorpio

La historieta Skorpio apareció a fines de los años 70 en la revista Skorpio Gran Color, de editorial Record.

Lo primero que me atrajo fue el excelente dibujo (de Ernesto García Seijas) , proporcionado, elegante, dinámico, nunca confuso, dentro de una línea clásica; los personajes bien diferenciados gráficamente, las escenas bien ambientadas. Da verdadero gusto mirar sus dibujos.
El guion (de Ray Collins) estaba estructurado como las series policíacas de acción para tv: justicieros fuera de la ley, pandillas callejeras, policías recios; damas bondadosas, inocentes jovencitas y mujeres fatales; los personajes buenos eran muy queribles, y los malos terminaban pagando sus crímenes de una u otra forma.

La historia comenzaba con un muchachito afroamericano, Matt Rowinson, que era protegido y socorrido por el pastor ex misionero en Calcuta, padre Flannagan, y cuidado en su niñez por la abuela Blum. Con el tiempo, Matt deviene en Skorpio, justiciero implacable en los barrios bajos de Nueva York.
El sargento de policía (ex capitán) Nikos Hyerónimus, recio, pero honesto, es otro de los personajes principales. También hay personajes que aparecen, o desaparecen, y otros que reaparecen: la señora Boyd, admiradora de Flannagan, madre de Roy y Luna Boyd; Rosalind, la florista ciega; Cockeye, un canillita que llega a colaborar con Skorpio; la sargento Hettie Rowlands, que se casa con el héroe; y toda una galería de delincuentes y mafiosos, como Freddy Harras que con su carguero participa en la trata de blancas; el pistolero monsieur Rapalli; Duke Gray, dueño de los muelles, que muere a manos de su rival Carl Keller.
Hay una conspicua relación de la serie con el cine: la fisonomía de Skorpio es la de Sidney Poitier; muchos episodios llevan el título de películas: El halcón maltés, Matar a un ruiseñor, La calle desnuda, El hombre de Córcega, Mil ojos tiene la noche, El reloj sin agujas.

Como curiosidad, en el capítulo El hombre de Córcega, el pistolero Rapalli tiene el rostro del dibujante García Seijas.

lunes, enero 29, 2007

LOS SERES IMAGINARIOS. 3: El calor.

En la comarca, una primavera calurosa se convirtió en un verano exagerado.
El tipo miraba cómo el dragoncito yacía exhausto, jadeante, refugiándose en los lugares más frescos del jardín; pero en sus cercanías, las plantas se achicharraban por el calor que emanaba.
De tanto en tanto, el tipo le echaba agua con una gran regadera, y el agua se evaporaba con un siseo burlón.
El lúcido carbonero apareció bajo la sombra de las plantas y miró con simpatía al dragoncito.
- Por diferentes motivos, el calor es mal negocio para nosotros dos- reflexionó.
Mientras acompañaba al tipo, que iba a recargar la regadera, se sacó la gorra y se rascó la cabeza, preocupado.
- Honorable anciano, debemos hacer algo por él, si no...
- Pensé llevarlo al río. Pero calentaría tanto el agua que nadie podría bañarse... y al final, lo cazarían. No. ¿Qué hacer?
- Tomemos algo fresco y pensemos un poco- propuso el lúcido carbonero.
El tipo fue hasta su antigua heladera de campo (una caja de gruesa madera, revestida interiormente con zinc, con barras de hielo en su interior) y sacó un balde con helado de crema y frutas; sirvió dos escudillas y las regó con dulce licor de guindas.
El lúcido carbonero comía lentamente, pensaba, con los ojos clavados en la heladera. Y el tipo paladeaba cada cucharada de helado, paseándolo por toda la boca.
- Honorable anciano: ¿cómo funciona la heladera?
- Con hielo- sonrió el tipo- Ya lo pensé: meter adentro al dragoncito; pero no se puede, la heladera tiene que estar cerrada herméticamente para que no se derrita el hielo, y entonces se asfixiaría, el pobre...
- Sí, pero ¿dónde hay mucho hielo?, ¿tanto que no se derrita rápidamente?
- En una cámara frigorífica, en una fábrica de hielo, en... en el...
- ¡En el Polo! ¡Sí!- el carbonero saltó de su asiento, tenía los ojos encendidos como brasas en la obscuridad.
- En el Polo ¡Claro! ¡Ja ja ja ja!- al tipo se le arqueaban los bigotes de alegría-. ¡En el Polo!
- ¡Llevémoslo al Polo Norte!-exclamaron ambos- Y volveremos a buscarlo en el invierno; o antes, si llega el frío...
Y terminaron el helado, felices y apurados, y llevaron al dragoncito al Polo Norte.
Los innuits (no les agrada que les digan esquimales) lo recibieron con alegría. Construyeron sus iglús alrededor del de él y los comunicaron con su centro como los rayos de una rueda. Así tuvieron calefacción, a cambio de reconstruir frecuentemente el iglú del dragoncito cuando se derretía. Pronto fueron conocidos como la Tribu del Dragón, y su emblema fue una rueda con una llama en el centro.
- Adiós, amigo dragoncito- se despidieron el anciano y el carbonero-. Te extrañaremos. Pensaremos en ti hasta tu regreso.
Y partieron de vuelta hacia el calor de la comarca.
Aquella temporada, las aguas de los océanos subieron de nivel, por el derretimiento de los hielos.

viernes, enero 05, 2007

CHIQUIRRITIPIS: y la fecha sigue obligando...



Estrategia para el Día de Reyes y comentarios sobre el calendario.

lunes, enero 01, 2007

CHIQUIRRITIPIS: la fecha obliga.

¡Feliz Año Nuevo 2007!