sábado, febrero 24, 2007

RECORDANDO HISTORIETAS: Jean de la Martinica

La revista Patoruzito presentó desde sus primeros números en el año 1945, la historieta Jean de la Martinica, argumentada por Issel Ferrazzano y dibujada por Alberto Breccia, con estilo formal y realista como el que utilizaría para continuar el famoso Vito Nervio cuando Emilio Cortinas dejó de dibujarlo, algo casi sin puntos de contacto con las muy posteriores Sherlock Time o Mort Cinder.

En aquellos años, yo la leía con interés y me gustaba la línea aventurera que tenía; tanto en las selvas tropicales como en un imaginario París, pues los personajes se suponían franceses.
El protagonista era Jean Bray, héroe ya maduro acompañado de su hija Ninón y su ayudante indígena Halubi; tenían además dos laderos de su parte: Moutón y Coup de Foudre.
Sus enemigos eran el Lagarto Angeol y el Bolsón, hampones al servicio del Consorcio Maners, el verdadero y poderoso enemigo detrás de todas las tribulaciones de los Bray y sus aliados.

Estas páginas que incluyo son casi una curiosidad, pues la obra primaria de Breccia solamente se menciona y se publican pocas muestras gráficas de ella; también es interesante la foto, de 1954, donde se ve a Alberto Breccia (sin saco) trabajando con el dibujante Roberto Battaglia en la redacción de la mítica revista Dibujantes. En las páginas de Jean de la Martinica se pueden ver los personajes principales de uno y otro bando, escenas de acción y ambientes dispares.

Desafortunadamente no he podido obtener datos sobre Issel Ferrazzano, aunque siempre lo supuse un pseudónimo de Leonardo Wadel, prolífico guionista, de importancia clave en el desarrollo de la historieta argentina.


sábado, febrero 03, 2007

LEER y RELEER : Emile Gaboriau.


El Expediente 113, de Emile Gaboriau (1832 - 1873, Francia).

A lo largo de 350 páginas, esta novela mantuvo despierto mi interés hasta la última hoja.

Todo se inicia con el problemático robo en un banco, a mediados del siglo 19 (fue escrita en 1867); a partir de allí la acción se mantiene en permanente movimiento, con personajes más pasionales que lógicos en sus reacciones. La estructura episódica, típica del folletín por entregas, admite la inclusión de otro relato autónomo sin perder la expectativa por la trama central. El protagonista es el inspector Lecoq, maestro del disfraz, de gran inteligencia analítica (literariamente precursor de Sherlock Holmes, cuyo creador Conan Doyle elogió a Gaboriau), es un escéptico solitario cuyamoral es la ley. Hay una verdadera constelación de personajes intensos y bien delineados: el detective Fanferlot El Ardilla, pequeño y sumamente ágil; el elegante y atormentado cajero Prosper Bertomy, alrededor del cual gira la trama; el banquero Fauvel y su hermosa hija Madeleine; las sospechosas amistades del joven cajero; y hasta personajes ficticios y de doble personalidad. El libro se lee con ansiedad por la continua tensión de las situaciones dramáticas y no solamente para llegar a la resolución del enigma. Y al terminarlo, uno se propone releerlo, por puro gusto.
En las imágenes, el retrato corresponde al autor y las tapas son de ediciones en francés y en castellano.