En mi viejo barrio, existía (antes y después de 1950) un permanente tránsito de revistas de historietas: un pibe prestaba el Pif Paf y recibía El Tony; una vez leído éste, lo entregaba a cambio de Salgari, entonces lo intercambiaba por Rico Tipo que era reemplazado por Patoruzú, y así desfilaban Intervalo, Fantasía, Rayo Rojo, Ping Pong, Aventuras (en cualquier orden: lo importante era que todos leyéramos todas las revistas), y en algún momento aparecía mi favorita: Patoruzito. Eran revistas semanales, con historietas cómicas y "serias" que se continuaban de un número a otro; no traían episodios completos, para esto había que esperar los anuarios de algunas de ellas.Y en Patoruzito apareció (desde el primer número del 11 de octubre de 1945, hasta el 26 de abril de 1962) una historieta humorística completamente diferente: Mangucho y Meneca. No era una historieta simplemente infantil, tenía una concepción humorística
superior.
Se sucedían aventuras absurdas y delirantes, que comenzaban en el almacén de barrio de don Pascual, quien tenía de dependiente al pibe Mangucho, cuya "novia" era Meneca. Además aparecía un sapito blanco llamado Felipe; éstos eran los "héroes" de la historieta. En las peripecias había alusiones a los avatares políticos del país y a estereotipos populares o cotidianos; todo presentado en una clave costumbrista cuidadosamente exagerada. Hubo un desfile de personajes de antología: el primo Agustín, pretendiente a dictador; Santiojo, su eventual socio; el "Silbador", cómplice mercenario y rebelde; los gatos Mandinga y Morrongo y la pulga negra que era algo así como su conciencia; el agorero Palpitiño, con su "Se viene... se viene"; el policía don Grappini, con su casco de "chafe"; Taraleti, de cartero a cantante de boleros; el marino
Míster Ñaña; Zazá, la novia de don Pascual; y multitud de otros tipos inolvidables, como aquel pistolero del Far West que tenía el rostro de Alan Ladd; y el mismísimo Roberto Battaglia, creador de esta maravillosa narración en imágenes.Como detalle curioso, la historieta fue cambiando de nombre: comenzó con Mangucho y Meneca, quedó en Mangucho, luego Mangucho con todo, y finalmente Don Pascual.
Roberto César Battaglia nació en Villa del Parque, en Buenos Aires, en 1923. Fue el creador de otros éxitos, como María Luz y Motín a Bordo, y otras dos tiras , Egoísto y Orsolino, director.
